«Alcohol Cero» en la provincia: Cómo son los controles a los conductores

Para medir la alcoholemia se usan dos dispositivos: el alómetro y el alcoholímetro. El primero detecta rápidamente si hay alcohol, y el segundo se usa solo en los casos positivos, ya que posibilita determinar la graduación, un dato que es central para fijar la multa por la infracción.

Como parte del Operativo Verano y de la aplicación de la ley ‘Alcohol Cero’, Seguridad Vial de la Provincia realiza tareas de prevención, concientización y, por supuesto, control en rutas y calles; resumió quien está cargo de esa dirección dependiente del ministerio de Seguridad, Paola Carbonell.

“Queremos llevar un mensaje claro a la ciudadanía: alcohol cero es nada. Hoy en día ha cambiado la legislación y esto implica que ya no existe un mínimo de tolerancia permitido para beber y conducir. Actualmente, conducir y tomar no es compatible. Por eso, le pedimos a la ciudadanía que, si va a beber, sea responsable y designe a un conductor alternativo o que organice su transporte por medios públicos o privados, para evitar tener inconvenientes”, dijo la funcionaria.

La ley ‘Alcohol Cero’ está vigente en la provincia desde septiembre pasado y fue reglamentada a fines de noviembre. “En cuanto a las multas, tenemos un mínimo de 300 unidades fijas, y un máximo de 3.000 unidades fijas. Si llevamos a pesos esta unidad fija, va de los 300 mil pesos a los tres millones de pesos”, resumió.

La funcionaria explicó en qué consisten los controles y qué dispositivos usan. “Se para a la persona que circula en su automóvil y, para hacer más rápido el proceso, operativamente se usa el alómetro, que da positivo o negativo por la exhalación de aire. Si el resultado es positivo, posteriormente pasamos al alcoholímetro, que es otra especie de etilómetro que sí es apto para multa. Marca la graduación del alcohol en sangre que registra la persona. Se emite un ticket y se procede al acta de infracción”, resumió.

Con el alómetro, la medición habitualmente se hace en el automóvil. Se le solicita al conductor que baje la ventanilla hasta la mitad y que sople por unos segundos”, contó Mónica Rosales, del equipo de Seguridad Vial del ministerio de Seguridad. Se suele hacer con el conductor adentro del vehículo porque el aparato puede detectar adentro del habitáculo indicadores de alcohol que pueden emanar, por ejemplo, de botellas o latas. “Lo que nos permite el alómetro es agilizar el operativo. Cuando el resultado es positivo, en la pantalla aparece una luz roja, una cruz. Y si es negativo, una tilde en verde”, explicó Rosales.

En el caso del alcoholímetro, el procedimiento comienza con la colocación en el dispositivo de una pipeta que debe estar perfectamente cerrada y que, antes del test, no debe ser tocada en ninguna de sus partes por quien hace la prueba, para evitar cualquier tipo de contaminación. El conductor se coloca la pipeta en la boca y debe hacer una respiración profunda y una posterior exhalación larga y sostenida, “como si fuera a inflar un globo”, ejemplificó Rosales. Cuando el dispositivo emite un sonido, es indicativo de que se pudo hacer la medición y en la pantalla aparece la graduación correspondiente. Para hacer otra prueba, con otra persona, hay que descartar la pipeta usada y utilizar una nueva.

Según comentó Carbonell, todas las personas que son paradas para efectuar el control de alcoholemia deben someterse a la prueba voluntariamente. “El test no es invasivo, pero si la persona se niega a hacerlo, se infiere que es positivo. Es una presunción en su contra y tiene una multa agravada por negarse a efectuar el test”, aclaró . El monto ronda el millón de pesos.

La funcionaria dijo que estas acciones de educación y concientización que llevan adelante son recibidas con agrado por la ciudadanía. “En los controles tenemos distintas situaciones. Hay gente que voluntariamente lo hace. En general hemos tenido buena recepción de la ciudadanía. Es más control, más seguridad, es cuidarnos entre todos”, consideró.