La niña de la sonrisa plena también tuvo su día de vacunación

Los diferentes operativos que llegan a la ciudad van dejando tras de sí historias de vida significativas y emotivas.

Quienes vivimos en el Barrio 55 viviendas sabemos que ella siempre sonríe. Acompañada por su familia, cada vez que la cruzamos notamos ese gesto suyo, distintivo, personal.

Por eso cuando la ambulancia del Hospital de La Toma se estacionó frente a su casa para traerle la primera dosis de la vacuna Moderna, la imaginamos con esa expresión que refleja además otra historia de lucha familiar.

Paula Muñoz, actualmente tiene 15 años. Nació cincomesina, con 600 gramos de peso y 24 centímetros y por esa situación estuvo internada en neonatología durante tres meses: «Le daban sólo 24 horas de vida, pero la peleó. Quedó con una parálisis cerebral espástica» cuenta su mamá Daniela Palmero.

Luchadores permanentes por la causa, su papá Sergio y su hermano Mateo recibieron con alegría la inmunización que llegó de las experimentadas manos de la enfermera Esther López. «Ella va a rehabilitación a San Luis. El año pasado tuvimos que parar todo el año y se notó mucho. Ahora suspendimos cuando empezaron los fríos pero por suerte ya vamos arrancar de nuevo y un poco más tranquilos porque ya tiene la vacuna» contaron.

Esos tratamientos que mencionan tienen relación con fonoaudiología, psicomotricidad, pileta en un centro de la ciudad de San Luis y la atención de una terapista ocupacional. Además de lo medicinal esa asistencia también tiene un objetivo personal: «La amamos y todos los días luchamos para que tenga una buena calidad de vida y sobre todo para que sea feliz».

Daniela explicó que la parálisis cerebral espástica es el tipo de parálisis cerebral más común. Afecta a aproximadamente el 80 % de las personas con parálisis cerebral. Significa que sus músculos están rígidos y que, en consecuencia, se mueven con dificultad. «Pero eso no fue un impedimento para nosotros y salimos adelante y por eso que ella esté vacunada es algo muy importante para nosotros».

Su situación sanitaria la ubica dentro de los grupos de riesgo. Y el Covid – 19 estuvo muy cerca suyo aunque por suerte no la afectó. El año pasado su mamá y su abuela fueron positivas de la enfermedad: «Ella estuvo con nosotras aisladas y salió bien. Hace poco su papá dio positivo y gracias a Dios cuando la hisoparon después de unos días ella dio negativo» contó la mamá.

Por eso la jornada del viernes no fue una más en el hogar de la familia Muñoz. No sólo porque la inoculación llegó para Paula sino porque la vieron como todos sus vecinos cada vez que transita por el barrio: «A pesar de todas las cosas por las que pasamos ella nunca dejó de sonreír. Su sonrisa es la nuestra. Somos muy unidos y su hermano es muy importante en su vida, se tienen mucho amor. Él fue en parte su mejor terapia«.