“Norte Libre”… algo más que un par de voces y guitarras

El “Gringo” muestra en sus redes mucho de lo que siente y vive: El Suyuque, la naturaleza, alguna letra suelta y una que otra imagen del terruño que lo acoge. Abrazado a la guitarra, saluda y pregunta: ¿cómo va a salir esto?, no sólo preocupado por el formato sino por la charla misma.

Sergio Cattaneo es así. Abierto, siempre presto a compartir cosas y si es música mejor. Por eso hace un gesto y a su lado aparece su compañero y amigo Federico López Conde. Tira un acorde corto, casi una caricia a las cuerdas y lo primero que hace es hablar de cómo se sintió en tiempos de estar en casa, cuánto extraña las reuniones con música y amigos y como vive estos tiempos de pandemia.

La alocusión individual dura lo que un acorde de alguna canción que compusieron para el nuevo disco que está en gestación  y que sale antes de fin de año. En pocos minutos hablan como una sola persona, pues tocan juntos desde el 2013 a dos guitarras y voces “porque es el génesis del grupo, nos formamos así y es nuestra esencia”.

Esa cualidad artística tiene un estilo difícil de encuadrar porque hay una mezcla de todas las músicas que les gusta. ¿Hay folklore? Hay folklore. ¿Suena bossa? Suena bossa. ¿Tocan rock? Está el rock.

Y también están los sentimientos, el hoy, el pasado, la necesidad de “dejar un legado” que va más allá de lo material y que representan con canciones que ya dejaron huellas como aquellas donde homenajean a los pueblos originarios como los Huarpes y Ranqueles.

Sus orígenes, el hoy y el pasado, sus nuevas canciones, el componer y escribir, la nostalgia y mucho más, son parte de casi una hora de palabras y música combinadas casi al unísono, no sólo en las historias que comparten sino en los temas que nos regalan en la entrevista.

Por eso, como cuando empezó la nota, el “Gringo” no suelta la guitarra y junto a Fede hablan de “Norte Libre” con pasión e identificación casi como un reflejo de muchas de las cosas que cantan, interpretan y componen.